"Mientras Ana Sofía no está"
5 años y Ana Sofía se convirtió en una princesa muy extrovertida y enérgica, tanto que la llevaron a danza para desarrollar otras habilidades y a la princesa le encantaba. A Ana Sofía también le gustaba reírse y jugar con su abuelo paterno, le gustaba que le cantara y que le contara historias reales e irreales (ambas le gustaban); el abuelo era una persona un tanto machista y tradicional, a Ana Sofía siempre le decía todas sus fortalezas y le decía que era una princesa extraordinaria, de las que obtienen lo que quieren, todo el tiempo le decía que ella era grande, exitosa y muy valiente. A partir de esas pláticas entre Ana Sofía y su abuelo, ella cambió mucho y empezó con una mentalidad un poco más consciente y la frase favorita de Ana Sofía era “todo es psicológico", “El dolor es psicológico”, “el frío es psicológico”, etc. Etc. Etc.
6 años, nivel primario y Ana Sofía se fue a refugiar con los alumnos del último grado, su inseguridad iba en aumento cada día más y nadie se daba cuenta, pero, a pesar de eso Ana Sofía era una niña muy feliz, disfrutaba cada día, jugaba mucho y sus calificaciones eran “buena” (en relación al número que les asignan a los niños, que se me hace algo absurdo). A los 7 años Ana Sofía tuvo que enfrentar un reto grande: convivir y jugar con sus compañeros en el desayuno (cosa que Ana Sofía hacía con los niños mayores) y salió bien, conoció personas increíbles, pero, su inseguridad era cada vez más y hacía muchas cosas (de niños) para encajar en un grupo de amigos, situación que alimentaba aún más esa inseguridad. Ana Sofía se sentía atrapada.
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